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3 minutos de lectura
Lidia Loher

El miedo al futuro y al avance ha existido desde siempre. Remontándonos a una época no tan lejana, la misma Revolución Industrial, las personas realmente tenían pavor a ser sustituidas por las máquinas, a perder su trabajo y a no poder competir contra ese progreso que pisaba fuerte y no dejaba sitio al trabajo físico, crucial en la mayoría de los sectores de la etapa.

Mirándolo con retrospectiva, lo cierto es que sí, con la aparición y desarrollo de las novedades muchos trabajos quedaron en desuso, de la misma manera que los conductores de carros tirados por caballos vieron frenada su actividad cuando los automóviles comenzaron a aparecer.

Hoy en día lo vemos como un verdadero ascenso en la calidad de vida del ser humano, y compartimos nuestro día a día con estas máquinas, que se han convertido en amigas y cómplices.

Una vez más nos encontramos en esta dicotomía, un momento de tensión en el que el primer instinto siempre es el rechazo a lo desconocido. Con la difusión de Chat GPT y sus variantes, leemos continuamente a usuarios con mil y una pegas y un discurso basado en ese sobresalto tan natural pero tan poco efectivo.

Por supuesto, ante esas voces de alarma siempre hay disidentes que investigan, aprenden y prueban para ir incorporándolo en su rutina como herramienta, remontándonos de otra manera a la segunda mitad del siglo XVIII.

Aquellos que ven y exploran más allá de la incertidumbre serán los que en un futuro les llamarán “adelantados a su tiempo”. Por ello, en Dodepecho os animamos a probar y ver de qué manera estas nuevas formas de entender el mundo pueden ser útiles.

inteligencia-artificial-mano-amiga-enemigo_02Sí, las inteligencias artificiales, según se vayan sofisticando, harán que muchos trabajos ya no sean necesarios. Pero, una vez más, surgirán otros, y en un futuro que ya está aquí, serán esa mano amiga que facilite esas tareas rutinarias. Algo así como la mezcla perfecta entre tecnología y personas.

Nosotros no cesamos de actualizarnos e incorporarlas en nuestro trabajo. Nunca podrán sustituir nuestro criterio racional, y las órdenes (en este campo llamadas ‘prompts’) siguen viniendo de nuestras capacidades.

Pero, por otro lado, siempre hay que tener un plan B (y C, D, E…). El aprendizaje no se queda aquí, si no que es crucial la multidisciplina, la comparación y, sobre todo, la adaptación. No sabemos cómo avanzará esto y, aunque sí vamos a seguir su progreso, nunca se dejará el peso grande de una acción en terceros.

Incorporar las IA en nuestro día a día

Tras este alegato, nos queda especificar cómo utilizarlas de manera efectiva. Lo cierto es que hay un millón de maneras de hacerlo, dependiendo de para qué las necesites, pero os queremos dar algunas ideas que nos han servido a modo de inspiración. Estos consejos, sin embargo, pronto se quedarán en desuso debido a su rápida evolución, por lo que no dudes en ponerlo en práctica y avanzar a su lado.

Las inteligencias artificiales de diálogo son realmente útiles para inspirarnos. Es posible pedirle desde que te dé información sobre un tema, a que cambie la forma de redactar de tu texto o te dé ideas para redes sociales basadas en una dinámica determinada. Eso sí, una vez y más y como hablábamos, la mano de la persona siempre está detrás, y es que es fundamental comprobar la fiabilidad de la información expuesta, una de las mayores críticas que se le hace a esta herramienta.

Además, es necesario recordar que sus textos tienen copyright, es decir, unos derechos de autor que tienen que ser respetados para no infringir la ley y ser castigados por ello. Una vez más, la creatividad del humano entra en juego en la ecuación.

Por otro lado, tenemos las IA de dibujo, comenzando con el famoso Dall-E, que pronto derivó en muchas más. Aquí, por el momento, el trabajo se complica, y es que los ‘prompts’ que son necesarios darle tienen que ser muy específicos y orientados de una determinada manera, aún siendo estudiada y perfeccionada.

También en este campo se alzan las críticas, y es que los artistas cuestionan realmente si las personas que hacen esas peticiones a la herramienta en forma de ‘promts’ podrían considerarse creadores o no. Dejamos el debate en el aire mientras que el uso de estas sigue avanzando a pasos agigantados, incluso en formato multimedia o tres dimensiones.

En otros términos, la IA está demostrando ser una auténtica ayuda para los programadores, y es que ya hay algunas que consiguen programar código a un alto nivel, lo que facilita su escritura y ahorra el trabajo más básico o repetitivo. Con unas buenas órdenes, estas pueden comenzar o continuar en diferentes lenguajes web e, incluso, resolver ciertos problemas.

Aquellas personas que ya lo han puesto en marcha explican su competencia y le eficacia que les supone en su día a día.

¿Directamente ordenar desde nuestro cerebro?

Para finalizar, una de las cosas que, de producirse, más nos volarían la mente (nunca mejor dicho). Y es que ya se está empezando a probar que esos ‘prompts’ pasen a la historia y sean directamente ordenados por nuestra mente, haciendo que la IA nos de exactamente lo que estamos imaginando.

Un futuro tanto prometedor como distópico que exigirá estar al día de lo último y toda la receptividad por nuestra parte.

Nunca se podrá sustituir al ser humano

Tras esto, desde Dodepecho solo nos queda insistir en la imposibilidad de sustituir al ser humano. Nuestra racionalidad, creatividad, empatía y decisión son claves tras el éxito de cualquier proyecto y, aunque la inteligencia artificial ayude en el proceso, nuestro criterio siempre prevalecerá ante ello.

Animamos a investigar, pero siempre nuestro foco de atención han sido, son y serán las personas, con todo lo que significamos.